La gente de naturaleza simple y con ínfulas de gran espiritualidad suele pregonar frases atractivas y juegos de palabras imaginativos para hacernos creer lo que ellos mismos creen. Se trata de frases que van dirigidas a nuestra parte emocional, frases en las que no debemos pensar demasiado para no desmontar su superficial belleza, y mucho menos debemos fijarnos en su ortografía y/o gramática, que en la mayoría de los casos son catastróficas. A veces esas frases van acompañadas de una imagen significativa. Por ejemplo, esta que he visto hoy:
Bien, la enseñanza de hoy es muy sencilla, pero rotunda: tú puedes ver lo quieras, pero el tren va en una sola dirección, y más vale que no estés delante porque te arrollará. Lo que importa no es lo que tú ves, sino lo que está sucediendo realmente. Y lo que sucede es que si el tren va en tu dirección, más te vale salir de la vía porque tu mente no va a convertir el tren en un gif de tres imágenes consecutivas que cambia de dirección cuando te apetece.
Ahora imagina que ese tren es un cáncer. Pues eso.
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