sábado, 11 de agosto de 2018

Reseña de "Homicidio de un enfermo", de Julián Rodríguez Giner

Publicado originalmente en http://ulum.es/homicidio-de-un-enfermo-resena/

Portada de "Homicidio de un enfermo" 
Ficha técnica
Título: Homicidio de un enfermo
Autor: Julián Rodríguez Giner
Editorial: Letrame S.L.
Año: 2018

Sinopsis
Mario es un joven a quien diagnostican una leucemia. Envuelto en un entorno de creencias pseudocientíficas y siguiendo los consejos pseudoterapéuticos de las personas menos indicadas, el libro nos acerca a la degradación de la situación durante sus últimos meses y la reflexión concienzuda de las causas que terminaron, en última instancia, provocando una trágica muerte evitable.

Impresiones
Narrativamente, "Homicidio de un enfermo" va al grano, sin ambages, sin paños calientes ni medias tintas desde su título. A Mario lo mataron. Los perpetradores, entre los que el propio autor se cuenta, van desde la propia familia hasta gente que se hace pasar por profesionales sanitarios sin serlo, pasando por profesionales sanitarios reales para los que por imperativo social prevalece la mala información del enfermo a su salud y que no confrontan debidamente los intrusismos en su área, las autoridades sanitarias que no se molestan lo más mínimo en llevar a cabo su labor de control de la legislación vigente en materia de salud, la nula concienciación judicial en materia de coerción que provoca que los estafadores sanitarios se vayan de rositas y puedan seguir matando "incautos", o en general las entidades públicas con demasiada facilidad para abrir sus puertas y sus piernas a todo tipo de contenidos desvirtuados en el terreno sanitario. En resumen, un "entre todos lo mataron y él solito se murió".

Algunos pasajes del libro resultan especialmente duros de leer, por lo extremadamente bien expresada que está la vulnerabilidad de Mario y cómo se aprovecharon de ella para truncar sus ganas de vivir. Sobre todo si el lector tiene hijos, es bastante fácil que necesite abandonar la necesaria lectura durante algunos pasajes para recomponerse y poder seguir adelante con ella. De forma totalmente cercana, descarnada, honesta e íntima, Julián transmite la historia de una manera en que sientes que podría estar contándotela tu mejor amigo, completamente sumido en la devastación por su pérdida, en una charla confidencial a corazón abierto: nos acerca a sus juegos cómplices de familia, nos cuenta sus propias luces y sombras como persona sin ánimo exculpatorio alguno (sino más bien lo contrario), y no se corta un pelo en llamar a las cosas por su nombre.

Estilísticamente, el libro consigue, mediante una combinación de narración a caballo entre lo biográfico y el documental, con contrapuntos surrealistas, algo tan complicado como volcar directamente el torrente emocional en el que vive (naufraga, más bien) un afectado por pseudoterapias y un padre que ve, impotente, cómo su hijo se hunde segundo a segundo en el cenagal de una trampa bien perpetrada. En algunos puntos, la narración prácticamente traspasa lo literario para adentrarse en una especie de poesía plástica, dibujando un retrato emocional en el que podemos, en la medida de lo posible, acompañarle en su desamparo, rabia, esperanza, desengaños, impotencia, miedo, dolor, angustia por la incertidumbre, desesperación, soledad y sensación de injusticia, y entre otras muchas más.

A nivel técnico, la editorial ha hecho un trabajo fantástico (solo he detectado un "dé" sin acento en alguna de las páginas centrales) con un empaque valiente, muy potente y claro.

"Homicidio de un enfermo" también sirve como guía didáctica para entender algunas de las pseudoterapias más extendidas y más peligrosas de la actualidad, que constantemente están dejando, bajo el amparo negligente de las autoridades que supuestamente nos protegen, un reguero anónimo de estafados. en el mejor de los casos. y de muertos, en el peor de ellos.

También repasa el activismo que, desde el trágico desenlace, Julián ha llevado incansablemente a cabo para intentar que su terrible caso no caiga en saco roto. No solo para pedir responsabilidades por este crimen hasta la fecha impune del principal inductor del mismo, José Ramón Llorente, sino para pedirlas también al resto de estamentos disfuncionales (profesionales sanitarios, autoridades sanitarias, administración, sistema judicial) que, desde su posición privilegiada, podrían haber hecho mucho más. O mejor dicho, que podrían haber hecho simplemente algo.

Conclusión final
Si de mí dependiera, este libro sería de obligada lectura para cualquier profesional sanitario en su primer año de carrera. También lo sería para cualquier profesional del ámbito judicial que tenga que lidiar en su trabajo con la supuesta libertad individual. Pero lo que querría es que todo el mundo lo leyera para ponerse, durante unos momentos y desde la comodidad de quien no ha de convivir realmente segundo a segundo con esta triste realidad, en la piel de uno de los tantos afectados por la impunidad social que rodea a las pseudoterapias. Y lo más importante: para evitar que ellos mismos o sus seres queridos acaben siguiendo sus pasos.

Los ingresos por la venta del libro se destinarán a llevar a cabo acciones legales para tratar de conseguir justicia para la situación, otra razón más por la que recomendar su compra.

Cortinas de humo.

Aprovecho que en el propio hilo de Twitter que plasmo ahora en forma de entrada de blog me descubrieron una herramienta que lo empaqueta de forma cómoda:

Cortinas de humo. #HiloIntensitoVa
Primero, el disclaimer: la ciencia no lo sabe todo y la medicina, por ello, falla. Ese problema es inherente y solo se palía con el progreso en las investigaciones. Hay malas praxis e intereses en el sistema y contra ello hay que levantar la voz y luchar.Esto no es un "y tú más".
Segundo, el "to": Este mensaje va para gente a la que probablemente le dé igual el mensaje y ni lo lea (saludos, @mlalanda), pero soy así de ingenuo y me parece importante probar. Quizá algún lector extra se pase por aquí y le sirva para hacerse una mejor composición de lugar.
Tercero, la motivación:

Una acusación de que levantamos la voz contra ellas "por CORRUPCIÓN, para ocultar los intereses industriales que dominan las agendas políticas y de comunicación".
Cuarto, el "from": creo que puedo hablar en nombre de la directiva pasada y actual de @apetp_, causantes directos del puñetazo sobre la mesa acerca de este tema: el padre de un chaval muerto, alguna amistad, científicos de la pública, ingenieros, y pacientes afectados.
En total, 0 intereses ni industriales. Quien crea que va de eso la cosa, se equivoca o le han engañado vilmente. Va de esto:
amazon.es/Homicidio-enfe…
y de multitud de casos casi clónicos de los que tenemos constancia, algunos menos graves y otros, si tal cosa es posible, más.
Os pondría cifras, como que el Observatorio de la OMC, que aún no conoce socialmente ni su padre, desde su creación ha recibido más de un reporte al día de media. O el millar de consultas de @apetp_. O los 4000 reportes de la campaña #StopPseudociencias.
Os contaría casos (algunos tan bien documentados como ariplex.com/ama/amamiche.h…) de gente arrasada por una falsa creencia sobre salud, inoculada por gente inadecuada (algunos, con licencias sanitarias, otros, no).
Cada mes aproximadamente conocemos algún caso de extrema gravedad (y repito, somos socialmente desconocidos; pregunta a cualquiera en la calle si sabe qué es el Observatorio contra pseudociencias o qué es APETP), Por extrema gravedad hablo de casos como el de Michaela, o peores.
Sí, uno difícilmente se puede imaginar cómo puede ser peor que morir rabiando podrida y lejos de los seres queridos por un cáncer que habría sido fácilmente tratable de haber sido acogido por la medicina y no por charlatanes. Pues se puede, sobre todo cuando conoces la historia.
Por supuesto, os podría contar una miríada de casos mucho menos extremos, de gente simplemente timada o con enfermedades agravadas por un falso tratamiento,
Pero es que las cifras dan igual: como ocurre con la VdG, una sola persona que pasara por esto ya sería intolerable.
Una persona expuesta al engaño, a la estafa, y además no de una propuesta hipersofisticada sino de un burdo fraude (eso sí, comunicado a veces de forma hipersofisticada para lograr el engaño), ya sería demasiado.
El caso en sí también da igual: nada de lo que te puedan resumir es equiparable a la vivencia de sufrir, segundo a segundo, una situación así. Segundos que se hacen interminables cuando tú o tus seres queridos lucháis por cada bocanada de aire, por aguantar cada punzada de dolor.
Además, si expones la crudeza de esta realidad, lo van a entender como "fracasos anecdóticos de (pseudo)terapias alternativas" o "casquería":
"Fracasos anecdóticos" de propuestas como la "Nueva Medicina Germánica" de Hamer, que proclama que el cáncer se cura solo con "psicología" y hay que rechazar medicina y hasta paliativos para "no interferir". Propuestas abiertamente defendidas en "revistas" como Discovery DSalud.
Panfleto antimédico que, por cierto, tuvo a Hamer entre su propio consejo asesor, sigue teniendo a día de hoy a *médicos* que se dicen expertos en NMG, y donde Gérvas publicó algún artículo que otro hasta hace unos años.
Por resumir un poco: hay quien cree que este es un problema anecdótico de cuatro tontos que hacen caso a cuatro chalados:


Hay quien cree que denunciar el bombardeo de desinformación y la marea de víctimas silenciosas significa no criticar otros problemas.
Y no solo es que esa gente no nos apoye en esto, sino que nos difama y calumnia. Nos llama vendidos, o fanáticos, o locos. Cada día yo me pregunto si esto será realmente para tanto. Luego recibo el siguiente caso, y se me pasa. La realidad está ahí, tozuda ella.
Esta gente no se da cuenta (no sé si porque no quiere o porque no puede) de que, si no son capaces de erradicar de su seno fraudes letales muy burdos y evidentes para las asociaciones científicas y sanitarias como lo es la NMG, la lucha contra problemas más sofisticados es futil.
Y no digo que haya que atender a un problema o al otro, ni siquiera a una cosa antes que a la otra. De hecho, para mí todo es el mismo problema: gente que se aprovecha de la salud para manipular en interés propio.
Solo digo: por favor, no menospreciéis el sufrimiento de tantos.
Vamos a estar al lado de quien persiga los desmanes de la industria (de verdad, apoyad www.alltrials.net)
y contra malas praxis y conflictos de intereses varios (y que no sean problemas ficticios como los de la falta de eficacia del VPH). Nuestra salud también va en ello.
Lo que pedimos es que equiparéis este problema con el de la VdG: sus víctimas no son "anecdóticas", mostrar su repercusión no es "casquería", es un problema social serio, cuyo interés en visibilizar no es por lanzar cortinas de humo, sino porque la salud de muchos va en ello.
Si has llegado hasta aquí, gracias. Si crees que le puede interesar a más gente (sobre todo, a profesionales sanitarios que no lo tengan claro), por favor, comparte.
#StopPseudociencias.