Cuando hace un par de años empezábamos a introducirnos en el conocimiento de las pseudociencias, los peligros que entrañan y lo seductoras que resultan para la población, pensaba que Emilio exageraba cuando decía que le daba miedo que eso llegara a los hospitales en un futuro no muy lejano. Se imaginaba una situación en la que un enfermo de cáncer acudiera a su médico de cabecera y este le recetara homeopatía o bioneuroemoción. Yo intentaba imaginar la misma situación y lo conseguía, pero no dejaba de considerarla harto improbable, y desde luego creía que no llegaríamos a verlo en caso de que ocurriese.
Y sin embargo, ya está sucediendo.
Ahora, vas al médico de cabecera, sales de la consulta con una receta, y cuál no será tu sorpresa cuando llegas a casa y ves la composición: es homeopatía y nadie te ha advertido de ello. Te has ido a casa con un caramelo, te han tratado por tonto, y tú ni te has enterado.
Ahora, vas al psicólogo porque necesitas ayuda para gestionar tus problemas emocionales, y te encuentras con un cantamañanas en el que deberías confiar plenamente y que te dice que tu familia es tóxica porque te duele una mano.
Ahora, vas a un médico porque tienes cáncer, y si tienes la suficiente mala suerte, te recomendará que te adhieras a la Nueva Medicina Germánica, pero a escondidas, que no se entere nadie porque no es legal, aunque él lo recomienda porque cura igual y evita los efectos secundarios de la quimioterapia.
Esto sucede hoy, ahora, en este momento. El futuro ha resultado estar más cerca de lo que parecía, y ahora somos nosotros, gente de a pie sin mayores conocimientos en temas médicos, los que tenemos que supervisar los tratamientos que nos recomiendan, porque la pseudociencia se está merendando a nuestros profesionales. De pronto, ya no podemos confiar en ellos. ¿Qué ocurre en una sociedad que no puede confiar en su personal sanitario? ¿Qué ocurre cuando vas al médico pensando: "espero que no me recete homeopatía", cuando eso no deberías ni planteártelo si ellos supiesen lo que hacen?
Resulta descorazonador formar parte de una sociedad en la que los que han de hacer gala de los mayores conocimientos, caen víctimas de las conspiranoias, la falacias y las creencias mágicas. Nos deja completamente desprotegidos precisamente cuando más vulnerables somos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario